Motivación

Sigo con la dieta. De todos modos, más que dieta, es un cambio de estilo de vida. Estuve viendo muchos videos que hablan del metabolismo, el azúcar, los carbohidratos. Lo que pasa es que muchos somos adictos a las harinas. Pero, una vez que las vas dejando, el cuerpo se acostumbra y te deja de pedir. Pienso que yo estoy haciendo estos cambios porque tengo una motivación. No quiero quedar hecho bolsa tan rápido. Por supuesto que también motiva muchísimo ver que estás bajando de peso y que estás más liviano. Con el tiempo te podés ir comprando ropa que te guste y todo eso. Fíjense que empecé hace poco y ya tuve que hacer un agujero nuevo al cinturón porque me queda grande. Les digo, al principio cuesta mucho. Pero después se va haciendo más fácil. Además hay que pensar que es todo beneficio.

Les cuento

Me hicieron una ecografía y me detectaron que tengo hígado graso. Así que chau harina y azúcar. ¿Cómo sobrevivir a este tormento? Mirá, es como todo. Pasás por varias sensaciones. Miedo, angustia, negación, frustración, aceptación... pero después te vas acostumbrando. A medida que vas tomando café sin azúcar, comenzás a percibir el sabor de la leche descremada, el aroma. Es como le pasa a los ciegos, que desarrollan más los otros sentidos. Lo bueno es que puedo ponerle una fina capa de aceite al churrasco al horno. Es mejor que hacerlo a la plancha. Acabo de tomar otro sorbo de café sin azúcar y no es tan terrible. Obvio que es más rico con azúcar. Obvio que prefiero clavarme una pizza. Pero ando preocupado por mi hígado. No quiero que me vuelva a doler. Estuve un par de noches sin dormir del dolor. El dolor era muy molesto pero no insoportable. A lo que me refiero es que no se puede jugar así con la salud. También me anoté en el gimnasio. Tengo una vida muy sedentaria. Y bueno, la clave está en acostumbrarse. Pero, por supuesto, al principio la realidad te shockea.

Pureza

 

Es muy difícil erradicar la adicción a las harinas. Ahora estoy con una dieta a base de verduras y fruta. Tengo que decir que se me fue bastante el hambre voraz. Sin embargo, siempre tenés ganas de clavarte una pizza. De todos modos, tampoco es cuestión de demonizar los cereales. Es como todo. Un poco de esto y un poco de aquello. No conviene dejarlos por completo porque son los que te dan energía. El tema es que vienen super refinados. Pero bueno, qué le vamos a hacer. Si no te morís de una cosa te agarra otra.

Algo más que también me llama poderosamente la atención es las pocas ganas de vivir que tienen las personas. Se entiende, estamos re podridos de todo. La verdad es que yo tampoco tengo ganas de vivir. Es todo una porquería. Pero al menos yo soy el que te manda un WhatsApp para ver cómo estás. La verdad que son poquísimos los que toman la iniciativa.

Picsa

Ayer hubo un arreglo en casa. Estuvo buenísimo. Pero hoy todo es soledad y melancolía. La vida continúa.

¿Saben? Ya no tengo ideas para escribir en el blog. Me da la impresión de que la esencia de lo que antes publicaba era "entusiasmo". Sin embargo, ahora estoy sumergido en un mar de dudas existenciales y escasez de sentimientos. Si tan solo uno de tus ojos se posara en los míos. Si tu corazón tibio latiera al mismo ritmo que el mío. Pero no. Bueno, capaz que sí, pero todavía no me entero.

Hace años aprendí a hacer pizzas. Pero la vedette de ellas es, sin duda, la fugazzeta. ¡Ahh, qué deleite! Comenzamos con un humilde trozo de levadura fresca. Lo humedecemos y le incorporamos harina con sal. Amasamos y dejamos que leve. Esa es la magia. Los elogios deberían ser para los bichitos esos que fermentan toda la masa.