Turismo gastronómico

Hace un tiempo que medio como que se me fueron las ganas de viajar. No es que ya no quiera conocer lugares; el tema es que me canso y me pongo un poco ansioso. Uno dice por ejemplo uhh pero qué pena a vos que te gustaba ir a todos lados. Y sí, qué sé yo. Es como que un bajonazo. Peeroo... Encontré una solución plausible. Atenti eh, que hoy vengo con una bomba: HACER TURISMO GASTRONÓMICO. Ehh, ¿no la tenían a esa, no? Alguno dirá, ¿pero no tenés que viajar para hacerlo? Y la cosa es que solo debo tomar colectivo. Porque en la capi tenemos banda de restoranes re copados. La semana pasada fui a uno peruano. La anterior a esa fui a un bodegón-parrilla genial. "Pero che, se te va la guita y además rompés la dieta". ¡Pamplinas! En primer lugar, estaría gastando plata de las vacaciones que no me tomaré. Y por otra parte, una vez por semana tengo permitido. Imaginate, vengo comiendo pollito con ensalada y una vez por semana me quiero clavar algo rico. Es parte de lo que es el yin y el yang. Un poco de esto y un poco de aquello.