Ya viví, me enamoré, comí todo lo que deseaba. Viajé todo lo que quería, conocí gente, tengo amigos. Pero siento que ya jugué mi partido de despedida. Estoy viejo ya. Cansado. Como Wolverine. Como Di María. Llega un momento en el que te tenés que dedicar a ser Director Técnico. ¡Si me vieran ahora sentado en la compu! Con cara de dormido, tapado con una mantita y con el aire acondicionado. Me voy enterando de cosas. Veo claramente otras. Ya está. Nada me interesa. Tuve la infancia de los 80. Gran infancia. Pero el tiempo pasa y notás que nadie quiere a nadie. Cada uno está velando por sus propios intereses. Después dicen que el egoísta es uno porque es hijo único. Son hipócritas. Desagradecidos. Desleales. Es eso, no lo tratemos de disimular. De todos modos, hoy no vengo acá a acusar. Vengo a soltar, como dicen ahora. O sea, me importa todo un bledo a estas alturas. Estoy tan de vuelta que hasta me pongo a pensar en el día en el que muera en paz. Qué lindo, ¿no? Dejar atrás este mundo inútil, esta vida inútil...
Porque después te ponés a pensar y te das cuenta de que, si te casás, todo es en beneficio de las mujeres. El hombre es atrapado y se convierte en esclavo. Te conquistan a los veintitantos y vos te creés que sos un piola bárbaro porque te conseguiste una minita. Pero desde ahí es todo barranca abajo. Después tenés dos pibes ponele. Son chicos y se ponen insoportables. Casi que los querés tirar por la ventana. Después se hacen adolescentes y ya no te hablan. Posterior a eso, se casan y se van de la casa. ¿Me querés decir para qué te casaste y tuviste hijos? ¿Es solo porque te lo impone la sociedad? ¿Es porque creés que es "lo natural"? Estoy convencido de que todo eso es una estafa para tenernos de rehenes en un sistema que necesita recambio de mano de obra barata.

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