martes, 31 de diciembre de 2024
Balance
Un año se va, pero otro comienza. La verborragia se consume ante los intrínsecos sucesos que marcaron los 365 días que ya están pasando. Creo con firme y denodada convicción que sí. ¿Que sí qué? Chi cheñol. ¿Pero, acaso, no puedo deliberar una correcta sucesión de hechos correlativos para la disposición de los lectores aquí presentes? Te digo la posta... no sé ya qué escribir. Estoy en un desierto carente de aquellos llamados oasis. Lo que ven en este blog son solo espejismos. No es agua verdadera, tan solo es ilusión. Es como los trucos de los ilusionistas que muestran una carta pero esconden otra. O sea, no es que te esté escondiendo mi ser. Mi alma, mi razón. No, no. De ninguna manera. Pero, cabe destacar que los actores que perpetran estas quimeras tan solo desean montar un espectáculo. Calculo yo, desde mi miope óptica, que no pretenden engañar a los espectadores apelando a su inocencia. De hecho, es mi suponer que la gente que presencia tales shows sabe la verdad... la tan anhelada verdad. Pero ellos también, meramente quieren pasar un buen rato y divertirse con las ocurrencias del showman. En este caso es lo mismo. Yo escribo para velar la vista por un momento a los cotidianos problemas y preocupaciones que nos aquejan hoy día. ¿Lo consigo? Of course, my dear (obvio, querido). Pero, honestamente, ni yo me lo creo. ¿Tanta gente leía mi blog? Sé con certeza que no es una cantidad inenarrable.
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