Acá estoy, transitando el oscuro abismo de la desesperanza. Soportando los fuertes vientos de la tristeza. Deambulo sin rumbo por este desierto desolado, mientras me invade el llanto. Lo que pasa es que uno no le puede caer bien a todo el mundo. Qué saludable que eso sea así, ¿no? Sino seríamos mendigos de amor. Me da la impresión de que, en la vida, todo se va acomodando. Las cosas y los amigos. Además, hay mucho asunto circunstancial. Ponele, coincidís en el mismo colegio, o en el mismo barrio, y terminás teniendo cierto feeling. Claro, también se puede conocer gente a distancia. Siendo sinceros, no me siento solo. Y entonces, ¿porqué escucho canciones tristes? Creo que estoy vibrando con los acordes de esta época. No porque sea música moderna, sino por la depresión. A veces me siento re inteligente por estar bajoneado. Como si los que están contentos fueran tontos. No es que lo piense, es que es la imagen que te venden hoy en día. No sé. Me parece que no coincido con este mundo. Soy un ser demasiado puro. Arre. Sonrío. ¿Para qué? La nada me rodea.
Cambiando de tema, hoy hice pizza de champiñones. ¿Te das cuenta? Hablamos de comida para evitar el vacío existencial. El otro día hicieron vacío a la parrilla. Fueron más de 15 en casa. La pasamos re bien. Pero eso no quita el hecho de que me sienta solo, triste, deprimido y vacío. También hicieron dos costillares.
- Doctor, solo puedo pensar en comida...
- ¿Le pasa muy a menudo?
- Mmmm... Menudos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario